Las rosquillas de nata son un dulce tradicional que evoca momentos de reunión familiar y tardes acogedoras con una taza de café o chocolate caliente. Su suave textura y el delicado sabor que les otorga la crema de leche, combinado con el toque cítrico de la ralladura de limón, las convierte en el compañero perfecto para esos momentos de pausa y disfrute.
Además, el acabado con azúcar y canela les da ese toque crujiente y aromático que las hace simplemente irresistibles. ¡Sumérgete en la tradición y endulza tus momentos con estas exquisitas rosquillas de nata!
Ingredientes
- 400 gramos de harina común
- 200 mililitros de crema de leche (nata para postres)
- 2 huevos
- 100 gramos de azúcar (½ taza)
- 1 limón (ralladura)
- 15 gramos de levadura química (polvos de hornear)
- 6 cucharadas soperas de azúcar
- 4 cucharadas soperas de canela
- 1 vaso de aceite de girasol para freír
Método de preparación
- Preparación de la masa: En un bol espacioso, combina los huevos y el azúcar. Batir enérgicamente hasta que la mezcla sea homogénea y haya aumentado su volumen. Incorpora la nata para postres y la ralladura de limón, mezclando suavemente para integrar.
- En un recipiente aparte, tamiza la harina y combínala con la levadura química. Esta combinación ayudará a obtener unas rosquillas esponjosas. Agrega la harina tamizada de manera gradual a la mezcla líquida, integrando con movimientos envolventes. La masa deberá quedar suave y ligeramente pegajosa. Es fundamental añadir la harina poco a poco, para evitar que la masa quede demasiado densa.
- Cubre el bol con un paño limpio y deja reposar la masa por unos 30 minutos, permitiendo que los ingredientes se integren y la levadura actúe.
- Formando las rosquillas: Una vez transcurrido el tiempo de reposo, humedece tus manos con un poco de aceite de girasol para evitar que la masa se adhiera. Toma porciones del tamaño de una nuez y dales forma de bola. Luego, con el dedo pulgar, haz un orificio en el centro para darles su forma característica de rosquilla. Si deseas rosquillas más robustas, simplemente toma porciones más grandes de masa.
- Fritura y acabado: Precalienta una sartén amplia con aceite de girasol. Añade unas tiras de piel de limón para perfumar el aceite y añadir un toque extra de sabor. Fría las rosquillas en este aceite hasta que estén doradas y cocidas en su interior. Al retirarlas, colócalas sobre un papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
- En un plato aparte, combina el azúcar y la canela. Reboza cada rosquilla aún caliente en esta mezcla para que se adhiera bien, creando una capa crujiente y aromática.
- Sirve las rosquillas de nata aún tibias, acompañadas de un café recién hecho o un jugo fresco. Con esta receta, obtendrás alrededor de 30-35 rosquillas para compartir y disfrutar. ¡Buen provecho!
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Rosquillas de nata
Las rosquillas de nata son un dulce tradicional que evoca momentos de reunión familiar y tardes acogedoras con una taza de café o chocolate caliente. Su suav
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2024-10-26
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